El Templo del Cielo de Beijing se considera como el más sagrado de los templos imperiales de Beijing. Se ha descrito como "una obra maestra de arquitectura y diseño de paisaje".

En el solsticio de invierno, el emperador venía al Templo del Cielo de Beijing a rendir culto a cielo y solemnemente orar por una buena cosecha. Como su reinado fue legitimado por un mandato de percepción del cielo, una mala cosecha podría interpretarse como su caída en favor del cielo y amenazar la estabilidad de su reinado. Por lo tanto, no fue sin una medida del interés propio que el emperador se oró fervientemente por una buena cosecha.
En consonancia con el resurgimiento de confucionistas durante la dinastía Ming, la sagrada ceremonia de la cosecha se combinó con el culto del emperador a sus antepasados. Este embellecimiento también fue, en efecto, interés propio por parte del emperador. De acuerdo con el modelo confuciano de organización social, igual que el emperador respectó a sus antepasados, un hermano menor debe respetar a un hermano mayor, una esposa a su marido, un hijo a su padre, y una nación somete a su gobernante. Incorporando el culto a los antepasados dentro de la ceremonia más solemne del ritual calendario imperial, reforzó la filosofía social que perpetuó el poder del emperador.
El diseño del complejo del Templo del Cielo de Beijing, fiel a su propósito sagrado, refleja las leyes cosmológicas místicas que fueron el centro de funcionamientos del universo. Por lo tanto, permutaciones de numerología complejas operan en su diseño. Por ejemplo, debido a que el número nueve se consideró el dígito más poderoso, se verá que las losas que forman el Altar Circular se encuentran en múltiplos de nueve. Del mismo modo dentro de la Sala de Oración por la Buena Cosecha, las columnas interiores de veintiocho se dividen en cuatro pilares centrales para representar las estaciones, doce columnas interiores para representar los meses y doce columnas exteriores para representar dos partes de horas que componen un día. Hay muchos ejemplos de esta numerología intense.
A pesar de que en tiempos imperiales plebeyos no se les permitía entrar en el enorme parque, ahora por una tarifa mínima ciudadanos chinos pueden disfrutarlo todo el día. Cuando usted visite al amanecer le sorprenderá el número de personas que hacer sus ejercicios de mañana. Al lado de una persona mayor que practica movimientos lentos y fluidos de Tai Qi quizá haya una persona menor que realiza karate vigoroso -como puñetazos y patadas. Un grupo puede aprender los artes marciales antiguos de la lucha de la espada, mientras que otro puede practicar una danza tradicional. Si tenga la energía y la inclinación, vale despertarse temprano por la mañana y visitar este parque para ver estos eventos tener lugar.
Consejo: Las primeras horas de la mañana es el mejor momento para visitar el Templo del Cielo. Usted tendrá una experiencia interesante de ver a los locales hacer ejercicios de mañana, como bailar, caminar, practicar tai chi o jugar, cuando entre en el templo.